Estas expresiones pueden ser tremendamente dañinas ya que dan la sensación de que ser bueno en una actividad deportiva, o incluso superar una mala racha de resultados, dependerá de lo que estemos hechos cada uno. Así, si yo no llego ahí, es que no estoy bien hecho para esto. Esto crea lo que llamamos indefensión, es decir, la creencia de que los resultados no dependen de mí, sino de mi material, que no es algo que yo pueda controlar.

Pues bien, estás hecho de lo que el resto del mundo. Nada especial a lo que los demás tienen: huesos, músculos, piel, tendones, etc. Vamos, lo normal.

Así que, la pregunta sería más: ¿estamos hechos de cosas diferentes o tenemos habilidades diferentes? Sin duda, para mí, la respuesta es lo segundo. Cada uno tenemos habilidades distintas quenas permitirán rendir más o menos. Desde habilidades físicas, hasta habilidades psicológicas para hacer frente a los momentos complicados dela competición.
Sobre todo, cuando hablamos de niveles élite, las diferencias dejan de ser físicas y/o técnicas y pasan a ser psicológicas. Y estas diferencias se hacen patentes incluso en los entrenamientos, incluyendo que las entrenan y no las dan por hecho como una capacidad que se tiene o no. Los campeones se hacen. Se hacen con entrenamiento físico y mental. 

Quizá Nadal, Federer y Djokovic tengan un nivel de habilidad similar con la raqueta, sino igual. Lo que les diferencia son sus habilidades mentales. Autoconfianza, capacidad para mantener la atención, control de la activación, sacrificio, etc. son cuestiones que han trabajado los tres y que les  hace rendir por  encima de los demás en los partidos. 

Por lo tanto, no se trata de demostrar de qué se está hecho, sino de qué habilidades has aprendido y entrenado, que ahora te van a servir para superar ese momento.

Si quieres saber más sobre habilidades psicológicas, no dudes en escribirnos.